A partir del miércoles 1 de marzo las farmacias dejan de aceptar recetas digitales enviadas vía WhatsApp y comienzan a utilizar la nueva modalidad implementada en la Ley 27.553 de Recetas Electrónicas o Digitales.
La medida había sido autorizada por el Gobierno Nacional en 2020 por la pandemia y la misma permitía que los pacientes compren medicamentos con la receta presentada en las farmacias en fotos enviadas por el médico desde la app de mensajería o por mail.
Aun así, y a pesar de la comodidad que traía consigo la modalidad, el Ministerio de Salud dispuso en diciembre del año pasado que se reglamente la utilización de la ley anteriormente mencionada.
De esta manera solo se aceptarán a partir del 1 de marzo las recetas que tengan firma digital o electrónicas. Desde hace un tiempo las diversas obras sociales y prepagas comenzaron a crear una plataforma especial para que los usuarios pidan la prescripción.
"Lo que se permitió fue que el médico haga una receta de puño y letra, le saque una foto y la mande. Esa no es una receta digital, es una foto de una receta hecha a mano. Eso se suspendió", explicó Ricardo Presenti, Presidente de la Confederación Farmacéutica Argentina.
En el comunicado presentado por el Ministerio de Salud indican que la medida fue cancelada de forma definitiva hasta el 28 de febrero ya que "pasada la emergencia, resulta conveniente volver a los mecanismos anteriores, que garantizan una mayor seguridad, porque tienen menos posibilidades de ser falsificados y alientan un uso responsable de los medicamentos".
La Ley 27.553 señala que: "Tiene por objeto permitir que la prescripción y dispensa de medicamentos, y toda otra indicación, puedan ser elaboradas y firmadas a través de firmas electrónicas o digitales, en recetas electrónicas o digitales, en todo el territorio nacional, y que puedan utilizarse en todo el país plataformas de teleasistencia en salud, además de las recetas en papel con firma manuscrita que continúan en plena vigencia".
Además "las recetas electrónicas o digitales deberán ser únicas (tener un identificador unívoco que une profesional, medicamento y paciente), inalterables y seguras. Los datos deben ser confidenciales y los sistemas progresivamente interoperables".
Por último, otros de los puntos esenciales de la Ley es que "cuentan con una vigencia de 30 días para el caso de los medicamentos y de 60 días para otras prescripciones (prácticas, estudios, prestaciones, etc)".