De Mendiguren se refirió a los dichos del economista Melconian sobre el plan de convertibilidad (el ex presidente del Banco Nación sostuvo que “el único plan que tuvo éxito, de knockout a la inflación, fue la convertibilidad"): "En la política económica tiene que haber un aspecto social y debe estar la posibilidad de hacerse. Lo que Melconian no aclara cuando habla del éxito de la convertibilidad es que fue a costa de vender 30 mil millones de dólares de empresas del Estado. Pero cuando se acabó la venta de las joyas de la abuela, empezó un proceso de deterioro que terminó en la explosión del 2001".
Por otra parte, el presidente del BICE dijo que uno de los grandes problemas de la Argentina es la aparición intermitente de "magias económicas que siempre terminan explotando" (allí enumeró la convertibilidad de Cavallo, la "inflación cero" de Gelbard, la "tablita" de Martínez de Hoz, el Plan Austral, el Plan Primavera, entre otros). "Cuando fui ministro de la Producción en 2002 tuvimos que hacernos cargo de la explosión de la convertibilidad de Cavallo que tanto elogia Melconian. Los mismos ortodoxos que hoy recomendan la dolarización de la economía, proponían que entregáramos los parques nacionales, la banca off shore, la privatización del Nación o del Provincia. No perdamos la memoria", exhortó De Mendiguren.
También recordó su rol en la poscrisis de 2001: "Pasamos de la peor crisis social, política y económica de la Argentina al período de crecimiento más largo de la historia del país (2002-2011) con una economía normal, una fuerte impronta productiva y tres medidas: tipo de cambio competitivo, baja inflación y superávit gemelos. Argentina creció con desendeudamiento, no con las magias que le gustan a Melconian, a Cachanosky, a López Murphy, a Cavallo, a Martínez de Hoz. El debate que está faltando hoy es cómo crece Argentina".
Desde Bilbao, De Mendiguren contó que tuvo una reunión con los miembros de la cooperativa Mondragón: "Están sorprendidos de la oportunidad que se le vuelve a presentar a la Argentina ante esta crisis agroalimentaria y energética gravísima que está sufriendo Europa y el mundo. En ese escenario geopolítico, aparece Argentina en el radar. En dos años podemos ser proveedores de gas de Alemania, España o Francia".
