Miles de personas entraron el lunes en la Basílica de San Pedro para presentar sus respetos al papa emérito Benedicto XVI, cuyo cuerpo reposará ante el altar mayor hasta su funeral a finales de esta semana.
Benedicto XVI falleció el sábado a los 95 años en el aislado monasterio vaticano en el que vivía desde su inesperada renuncia en 2013.
Su cuerpo, vestido con ornamentos litúrgicos rojos y dorados, fue colocado en un sencillo estrado, con dos guardias suizos de pie a cada lado mientras los fieles caminaban.
Permanecerá en reposo hasta el miércoles. Su funeral se celebrará el jueves en la Plaza de San Pedro y será presidido por el papa Francisco. El Vaticano dijo que será una ceremonia sencilla, solemne y sobria, de acuerdo con sus deseos.
No había señales de las enormes multitudes que acudieron a presentar sus respetos al predecesor de Benedicto, el papa Juan Pablo II, tras su muerte en 2005.
Durante sus ocho años de papado, a Benedicto, un alemán metódico, tímido y muy reservado, le costó remplazar al carismático Juan Pablo II, invitando a constantes comparaciones en los medios de comunicación y entre los fieles de la Iglesia de 1.300 millones de miembros.