El sacerdote afirmó que “hay dos millones y medio de personas que esperan por comida”, al tiempo que advirtió que “las ayudas humanitarias que prometieron entran a cuentagotas y no es suficiente para cubrir ni lo mínimo”. A esto se suma una grave preocupación: “hay casos críticos de desnutrición que se agravan cada día”, subrayó.
Romanelli remarcó que “es una situación crítica en toda la Franja de Gaza”, donde el conflicto ha dejado a la población sin acceso a lo esencial. “En las fronteras de Jordania con Egipto hay muchos camiones que están esperando entrar”, indicó, poniendo el foco en las demoras logísticas que impiden que los alimentos lleguen a destino. “La solución no es matar a la gente, es dejar entrar comida”, expresó con firmeza, reclamando una respuesta urgente de la comunidad internacional.
La situación es desesperante. “Hace falta de todo, literalmente”, lamentó el padre Romanelli, desde el lugar de los hechos. En medio del caos, “la gente pide una esperanza de vida”, relató, reflejando el pedido más humano y básico de quienes sufren. Para cerrar, señaló que viven con miedo constante: “estamos con temor porque los bombardeos siguen muy cerca y no sabemos qué puede pasar en las próximas horas”.