“El poder político y judicial ya tenía un caso. En el medio aparecí yo, que investigaba como civil, y encontraron en mí un chivo expiatorio”, sostuvo. Con tono firme, señaló que su rol como voluntario y su accionar independiente incomodó: “Generaba muchas dudas por mi forma de operar. No encajaba en el esquema que querían sostener”.
Soria cuenta que vivió más de 15 años en Estados Unidos, donde fue transferido por la empresa de logística para la que trabajó durante más de dos décadas. “En 2017 me destruyó la cabeza saber que los chicos podían pasar por estas cosas. Ahí empecé con trabajos voluntarios”, relató, haciendo referencia a su involucramiento en causas vinculadas a la infancia y los derechos humanos.
Respecto a las acusaciones, fue contundente: “Decir que estuve con los menores es totalmente irreal. Me involucran con un supuesto encubrimiento solo porque le mostré al poder un camino distinto en la causa, y eso no lo toleraron”. En esa línea, apuntó con fuerza: “Cuando el poder político se mete en estas cosas, lo que quiere es encubrir”.
Durante la entrevista, Soria expuso su propia hipótesis sobre la desaparición de Loan. “Pasé por varias teorías. Primero me señalaron como el secuestrador de Loan, y ahora no quieren que hable. Creo que hubo un doble secuestro con un trasfondo criminal y político”, afirmó. Incluso se animó a señalar un posible entramado mafioso: “Creo en un grupo del primer círculo que contacta y secuestra a Loan, y luego lo entrega a otra banda”.
“Peleo por mi libertad porque no hay una sola prueba en mi contra”, insistió. Asegura que no se va a callar: “Soy el único que no tiene miedo de hablar del poder”, disparó. Y apuntó contra otros involucrados: “¿Cómo puede ser que Maciel y los otros no sepan nada?”.
Soria también cuestionó el apodo con el que fue identificado en los medios. “El mote de ‘Americano’ fue para demonizarme. Es cierto que tengo mi licencia de conducir de Estados Unidos, y cuando me pedían que me identifique, usaba esa. Pero eso no justifica nada”.
Finalmente, se definió como un detenido político y judicial: “Estoy preso con mentiras. Me quieren callar, pero no lo van a lograr. Tengo muchas fuerzas para seguir hablando”.